jueves, 31 de diciembre de 2015

"Allez Allez Allez", una canción de Camille (2011)



Ficha Técnica:




Single:  "Allez Allez Allez"

Álbum:   Ilo veyou


Género:  Chanson

Intérprete:  Camille

País:  Francia

Año:  2011



De oídas:


Vivimos tiempos convulsos en los que los polos opuestos, más que atraerse, se repelen. Pese a la superpoblación mundial el ser humano se siente más solo que nunca. Solo y aburrido. Busca lo que ya tiene, mercadea con lo que no le sobra, desea lo que no le pertenece. Se abre un perfil en una red social desde el que cree dominar el mundo y lo único que consigue es su conversión en una oveja más del redil. Cierto aunque escueza.

"Allez Allez Allez" es un sencillo alegato pacífico al avance de la razón frente a la sinrazón. Los sentimientos más básicos recobran importancia mientras se insta a seguir hacia adelante, contra viento y marea, arrecie el viento a nuestro favor o en contra. Y es que en eso consiste la vida en última instancia: En no desfallecer. Tercera canción de un trabajo de 2011, saltó a la fama a principios de 2015 en Francia a raíz de los atentados de enero contra el semanario satírico "Charlie Hebdo". Aquel día lamenté cada vida sesgada por la barbarie, cada muerte innecesaria en nombre de cualquier dios, pero no me manifesté al grito de Je suis Charlie como nadie lo hizo, por ejemplo, al de Je suis police, ni real ni virtualmente. ¿Por qué?, porque no creo que la libertad de expresión esté por encima del respeto a las desigualdades, ni individuales ni colectivas. Cada mañana nos miramos al espejo, unas resignados, otras ilusionados, pero conscientes de que lo que hay es lo que se ve. Mido 1'55 metros, evidentemente no soy alta, pero no es necesario que nadie me lo recuerde una vez a la semana y, en el caso de que alguien lo hiciera de forma sistemática, tarde o temprano se las tendría que ver conmigo. El respeto es el contrapeso que nos ayuda a caminar por la cuerda floja; si prescindimos de él, tarde o temprano caeremos al vacío. No hay más. En esa etapa de confusión social fue cuando Camille entró a formar parte de mi día a día. 

Ilo veyou, anagrama de I love you, es el quinto álbum de la cantautora parisina Camille, cuarto realizado en un estudio. Mitad cantado en inglés, mitad en francés, el exquisito y simple acompañamiento musical hace de cada una de sus dieciséis canciones un placer indescriptible. Instrumentos clásicos de cuerda (violonchelo, violín y contrabajo) y de viento (trompa y tuba) acompañan en perfecta armonía a un juego vocal que deja sin palabras. De Piaf a Bjork, de Anna Lann a Lana del Rey, la heterogeneidad manifiesta en Ilo veyou es tan sublime como sencilla, tan intimista como complaciente. Si tuviera que elegir una sola canción de entre todas ellas para testimoniar lo que aquí escribo, con sinceridad absoluta reconozco que no sabría por cuál decantarme. Solo dale al play y cierra los ojos, lo demás vendrá solo, créeme. A veces surgen canciones que condensan todos los sabores habidos y por haber, letras que revolotean sutiles en la cabeza, melodías que hacen danzar las comisuras de los labios. Ese es el arte de Camille...


...y eso es lo que suelo escuchar cuando eternizo los trayectos en coche al ruego mental de "una más, solo una canción más". O cuando las montañas de papeles perfectamente ordenados parecen que vayan a engullirme sin remedio. Mientras espero por la tarde en la puerta del colegio o cuando deseo huir del mundanal ruido escondida bajo una mullida manta. 
¿Sabes?, en la inmensidad de tierra y mar que nos separa, resulta agradable poder contarte este tipo de cosas. Tan lejos y tan cerca al mismo tiempo. Porque cada vez que entras desde México, el Sol que nos alumbra en periodos alternantes se convierte en nuestro correo, ese que te lleva noticias desde España y que te cuenta al oído mis secretos. O cuando ya, desde la distante cercanía del mismo país, entras desde el iPad del trabajo a echar un vistazo, como quien no quiere la cosa, como quien mantiene vivo un viejo recuerdo que renueva a su antojo. O cuando entras a hurtadillas por la mañana, tras una jornada laboral de ministro, llevando a cabo el ritual de una religión que tú mismo decidiste dejar de seguir. Argentina. Reino Unido. Sé cuál es tu país, sé desde qué dispositivo me lees, qué sistema utilizas para ello y, aunque en realidad no sé quién eres, no necesito sentirte corpóreo para agradecer cada minuto que has invertido este año en mí. Dale al play y cierra los ojos. "Allez Allez Allez".





A cappella:


Acaba el año y con él empieza el  despertar de una lista de buenos propósitos que rara vez se llevan a cabo. 

Libérate por un momento de todos ellos y sé feliz, sin más. Es más fácil de lo que crees. El secreto reside en no dejar para mañana lo que puedas decir hoy. No hagas caso a quienes aseveran que las palabras se las lleva el viento y que lo que realmente importa son las acciones. Todo es importante, TODO, porque hasta lo superfluo nos define. Por eso, nunca restes importancia a los pequeños detalles. La mayoría de ellos requieren de un gran esfuerzo, de uno más grande de lo que puedas imaginar y que alguien te dedica a ti en exclusiva. Ni des por sabidas palabras que verbalicen sentimientos. Te aseguro que siempre es agradable escuchar un sincero "me importas", un nostálgico "te echo de menos", un sencillo "me gustas" o un tímido "te quiero". No des nada por sabido, no eres eterno. Y, puesto que quien menos da es siempre quien más pierde, sé tan generoso en palabras como en afectos: La vida te compensará por ello.  



En este nuevo año que entra, no permitas que nadie ocupe tu lugar.





¡Feliz, renovado y cultural 2016! 

domingo, 6 de diciembre de 2015

"Amantes de lo ajeno", una canción de "La pegatina" (2013)


Ficha Técnica:


Single: "Amantes de lo ajeno"

LP: Eureka!

Género: Mestizaje (Ska)

Intérprete: La pegatina ft Santi Balmes

País: España

Año: 2013




De oídas:

Pues sí, precisamente de oídas fue como conocí esta canción. Como se propaga un rumor malintencionado a la puerta de un colegio, o como se perciben los síntomas de una gripe inoportuna a finales de invierno. Como se descubre que alguien con quien apenas se tiene trato habla maravillas de ti a tu espalda, o como se sabe qué tal le va a quien ya no forma parte de tu vida. A veces todo se reduce a un simple "de oídas" que emociona, molesta, hace sonreír o, sencillamente, pasa desapercibido.

La pegatina no es mi grupo fetiche, de hecho ni siquiera conocía su existencia antes de que una de sus canciones, "Amantes de lo ajeno", se colara por el lateral de un probador bastante indiscreto que se negaba a cerrarse por completo. Aquel día nadie me esperaba al otro lado, nadie fuera de la tienda, nadie más allá. Sin horarios ni planificaciones al milímetro, decidí prestar atención a la letra que acompañaba a esa música que, tan volátil como un suspiro, se hacía escuchar. Fue entonces cuando descubrí que se trataba de una de esas canciones que te susurran en noches de luna llena una estrofa desconocida dueña de una historia conocida de esas que siempre le ocurren a otros. Y, en ese preciso momento, no pude más que rogarle a mi cerebro que retuviera alguna frase que pudiera ayudarme a encontrarla en Google, sobre todo para saciar esa curiosidad que dicen que mató al gato. Si eres como yo, sabes que el móvil nunca aparece a la primera; es más, podrías vaciar el bolso un par de veces antes de recordar que lo llevas guardado desde hace un buen rato en el bolsillo trasero del pantalón vaquero. Suerte de cerebro en modo "on" que retuvo el estribillo hasta intérprete y medio después. "Camino lejos, donde la sombra no pueda llegar. Camino lento, pa' que el olvido pueda negociar". 

Bendita tarifa de datos. "Amantes de los ajeno", una canción del grupo catalán La pegatina, un mano a mano íntimo y certero con Santi Balmes, vocalista del grupo indie Love of Lesbian (del que aconsejo escuchar la maravillosa "La parábola del tonto") a quien mi hijo adora gracias a la historia de Martina (Yo mataré monstruos por ti, Ed. Principal de los libros, 2011). No hay cabo que se desate que no tenga su extremo contrario atado a otro cabo. ¡Lo que son las cosas! Pues todo eso que no acierto a explicar es "Amantes de lo ajeno". La búsqueda insistente de algo que tienes ante los ojos y que por alguna extraña razón no llegas a ver. El reencuentro con la pareja de tu calcetín preferido que andaba perdida hacía meses. El excitante placer que produce la falsa intimidad de un probador con cortina. Si no me crees...





A cappella:

A veces, entre la multitud, pareces sentirte tan fuera de lugar como con un jersey de lana virgen en pleno verano. A veces permaneces anclado a un lugar fijo, enfangado en un cemento invisible que te llega hasta las rodillas, mientras la gente a tu alrededor camina a favor o en contra de la corriente. A veces tu existencia se intuye reducida al papel que juega la "ñ" en un teclado inglés sin saber cuándo ni por qué cruzaste la frontera británica. Es entonces cuando decides aislarte, correr la cortina hacia un lado con la intención de crear un vacío social que consiga asemejarte a quienes consideras tan diferentes. Sin embargo, por más que lo intentas, acabas reconociendo que acercar su borde derecho a la pared siempre supone que el izquierdo se separe más del borde contrario.

Todos nos hemos dado por vencidos alguna vez ante el insistente juego del tira y afloja de ese trozo de tela que parece aislar del mundo... pero no por ello hemos dejado de probarnos esos pantalones que nos gustaban tanto. Es solo cuestión  de actitud...