Ficha técnica:
Artista: Youri Menna (www.yourimenna.com)
Género: Busker (músico callejero)
Lugar: Plaza de la Ópera, bajo la escalinata de la "Ópera Garnier" (París, Francia)
Fecha: Sábado, 15 de agosto de 2015
Riqueza de texturas:
Cada día estoy más convencida de que los humanos tendemos a infravalorar nuestra propia capacidad. No pretendo asegurar con esto que cada uno de nosotros sea un genio en potencia, simplemente defiendo que somos portadores de una nada desdeñable virtud: El aprendizaje continuo y constante. Cada minuto del día ofrece una posibilidad de avance, un conocimiento nuevo, una vivencia extra. Que las "estrellas fugaces" no son estrellas sino meteoros del tamaño de un grano de arroz. Que los romanos llamaban "cristal" a cualquier mineral transparente (ya fuera cuarzo, mica o yeso) e incluso al vidrio sintético y laminado, lo que ha provocado la confusión lingüística que perdura hasta nuestros días. Que el núcleo interno de nuestro planeta está compuesto fundamentalmente por hierro y níquel. Que siempre se puede si se quiere. Da igual qué, cuándo o cómo. No importa ni siquiera quién o por qué. Cualquier paso, por pequeño que este sea, hace avanzar. Los caminos son infinitos, las opciones solo dos: Se avanza o se permanece en el mismo lugar por los siglos de los siglos.
Este verano he conocido un nuevo modus vivendi, uno multicultural, fascinante y sorprendente. Este verano he disfrutado como nunca de lo siempre y todo gracias a una de esas maravillosas casualidades que sobrevuelan a nuestro alrededor como alegres mariposas para unos, aunque como molestas moscas para otros. Youri Menna, un italiano brillante en la "ciudad de la luz", me ha enseñado que el busker posee una vocación tan libre como la manifestación artística que representa. No se trata solo de un "músico callejero", es alguien que sabe meterse al público en el bolsillo con las primeras notas de su guitarra, alguien que hace a la gente tan protagonista de la música como lo es el artista en sí mismo. Nunca en mis cuarenta años de vida he visto una concentración tan grande de personas alrededor de un músico que coge su guitarra y se pone a cantar en plena calle. Los balcones de la "Ópera Garnier" rebosaban de espectadores, en las escalinatas no cabía un alfiler, la Plaza de la Ópera era un hervidero de gente. Fue una sensación extrañamente placentera que duró casi dos horas. ¡Dos horas!
Pero, ¿sabes qué es lo realmente impresionante de todo esto? Que no se trata simplemente de una manifestación espontánea de arte que, como tal, merece toda mi admiración; que el ser busker es una forma de vida, un caminar continuo de lado al lado del planeta tras la sombra de un sueño. No es firmar un contrato ni salir en televisión. No es tener un millón de seguidores, sino compartir con unos pocos el aire que se respira en cada actuación. Es vivir (de) la música en libertad, sin condicionantes por ninguna de las dos partes. Es una filosofía vital arrolladora.
No sé precisar cuántos disfrutamos del concierto de Youri Menna, más de cien personas seguro. No sé cuántos nos lo cruzamos por casualidad ni cuántos sabían por las redes sociales dónde y a qué hora iba a actuar ese día el napolitano. Pero sí puedo asegurar que disfrutamos de su actuación por igual. Que reímos con sus ocurrencias (unas en inglés, otras en francés). Que nos emocionamos con su sencilla puesta en escena. Que vibramos con cada uno de los registros de su voz. Sin palabras. Más de doce nacionalidades diferentes contabilizamos gracias a la simpática versión que del "What's going on" de 4 Non Blondes nos hizo improvisar (los españoles, sudamericanos e italianos cambiamos el "hey" por el "sí", los franceses por "oui", los alemanes por "ja",...). ¡Cómo nos lo pasamos entonando el estribillo de "Aïcha" en francés, el de "Nel blu dipinto di blu" ("Volare") en italiano, "Imagine" en inglés! Y es que Youri Menna implica a su público, sacia todas sus demandas con una naturalidad apabullante (de hecho una pareja de Japón le pidió cantar alguna pieza de ópera y entonó el "O sole mio" con la dulzura de un napolitano de origen y la capacidad pulmonar de un auténtico tenor). Impresionante. Las voces se unían en una. Daba igual de qué parte del mundo se viniera, porque allí, concentrados alrededor de Youri Menna, todos sonreíamos de la misma manera bajo el luminoso sol de París. ¿Quién necesita más?
Pero, ¿sabes qué es lo realmente impresionante de todo esto? Que no se trata simplemente de una manifestación espontánea de arte que, como tal, merece toda mi admiración; que el ser busker es una forma de vida, un caminar continuo de lado al lado del planeta tras la sombra de un sueño. No es firmar un contrato ni salir en televisión. No es tener un millón de seguidores, sino compartir con unos pocos el aire que se respira en cada actuación. Es vivir (de) la música en libertad, sin condicionantes por ninguna de las dos partes. Es una filosofía vital arrolladora.
No sé precisar cuántos disfrutamos del concierto de Youri Menna, más de cien personas seguro. No sé cuántos nos lo cruzamos por casualidad ni cuántos sabían por las redes sociales dónde y a qué hora iba a actuar ese día el napolitano. Pero sí puedo asegurar que disfrutamos de su actuación por igual. Que reímos con sus ocurrencias (unas en inglés, otras en francés). Que nos emocionamos con su sencilla puesta en escena. Que vibramos con cada uno de los registros de su voz. Sin palabras. Más de doce nacionalidades diferentes contabilizamos gracias a la simpática versión que del "What's going on" de 4 Non Blondes nos hizo improvisar (los españoles, sudamericanos e italianos cambiamos el "hey" por el "sí", los franceses por "oui", los alemanes por "ja",...). ¡Cómo nos lo pasamos entonando el estribillo de "Aïcha" en francés, el de "Nel blu dipinto di blu" ("Volare") en italiano, "Imagine" en inglés! Y es que Youri Menna implica a su público, sacia todas sus demandas con una naturalidad apabullante (de hecho una pareja de Japón le pidió cantar alguna pieza de ópera y entonó el "O sole mio" con la dulzura de un napolitano de origen y la capacidad pulmonar de un auténtico tenor). Impresionante. Las voces se unían en una. Daba igual de qué parte del mundo se viniera, porque allí, concentrados alrededor de Youri Menna, todos sonreíamos de la misma manera bajo el luminoso sol de París. ¿Quién necesita más?
Concierto íntegro en la Plaza de la Ópera Garnier (París, 17/05/2015)
Ve justo cuando se cumple la primera hora de concierto.
A los pocos minutos disfruta de Imagine, pero escucha antes su filosofía de vida...
A los pocos minutos disfruta de Imagine, pero escucha antes su filosofía de vida...
Sensación visual:
Hoy es un día muy especial. Hoy 19 de septiembre es un día muy especial para mí. Y no porque mi bienamado Jeremy Irons sople 67 velas, sino porque se celebra el "Día Mundial del Donante de Médula" con datos más que de agradecer en nuestro país.
Hace unos días recibí por correo electrónico la confirmación de mi incursión en el REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea). Las células madres de mi médula parecen ser válidas para salvar una vida y me siento afortunada por ello. Si alguna vez dudé del por qué de mi existencia, al cumplir los cuarenta se me despejaron todas las dudas pasadas, presentes y futuras. Una forma como cualquier otra de ser feliz.
Hace unos días recibí por correo electrónico la confirmación de mi incursión en el REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea). Las células madres de mi médula parecen ser válidas para salvar una vida y me siento afortunada por ello. Si alguna vez dudé del por qué de mi existencia, al cumplir los cuarenta se me despejaron todas las dudas pasadas, presentes y futuras. Una forma como cualquier otra de ser feliz.
Quiero aclarar que con mi BLOG no pretendo aleccionar a nadie. No es mi intención remover conciencias ni guiar tus pasos. Cada cual es responsable de su vida y la disfruta como puede, quiere, le apetece o le permiten. Pero no deja de ser mi BLOG, por eso hoy, además de darte a conocer al mejor busker que se ha cruzado jamás en mi camino, aprovecho para recordar que donar médula es donar vida. A partir de ahí...
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