sábado, 26 de julio de 2014

"Un mundo feliz", una novela de Aldous Huxley (1932)





Ficha Técnica:


Título original: Brave New World

Autor: Aldous Huxley, filósofo y escritor británico (1894 - 1963)

Género: Novela

Páginas: 256

País: Gran Bretaña

Editorial: deBolsillo





“El encanto enigmático de la Historia reside en el hecho de que, de época en época, nada cambia y aun así todo es completamente diferente”. 



Argumento:

Tras una imponente guerra química, surge un nuevo orden mundial dominado por la tecnología más avanzada aplicada a todos los niveles imaginables de la vida cotidiana. Aquello que no conviene al estado es censurado. La libertad de elección y la de expresión están prohibidas. La felicidad radica en la supresión de los comportamientos emotivos, las inquietudes intelectuales y las manifestaciones artísticas. En ese mundo utópico en el que la pobreza y las epidemias han sido erradicadas, el estado de "bienestar social" se ha conseguido a costa de eliminar los rasgos propios de cada individuo.


En la teoría:

Hablar de Un mundo feliz es hacerlo de uno de los clásicos de la literatura universal del siglo XX. Gracias a una metáfora mordaz, el autor inglés se permite describir en su novela los estragos sociales de un futuro incierto en el que las previsiones más negativas se ven materializadas. La mayor parte de los críticos señala que se trata de una sátira sobre las sociedad de los años treinta pero, en realidad, la historia que se narra y, sobre todo, el modo en el que se lleva a cabo no conoce ni de espacios ni de tiempos. 

De hecho, imagino que tú también te habrás percatado de que ahora está de moda entre la comunidad masculina el etiquetarse como "macho alfa" en un arrebato de virilidad doméstica. A mí, la verdad, es que esta afirmación suele hacerme sonreír porque, según se extrae de la lectura de esta novela, el "alfa" es el sujeto más perfecto del grupo pero también el más infeliz. Teniendo en cuenta que la perfección no existe pero la infelicidad sí, blanco y en botella. Los preceptos de Huxley que deberíamos aplicarnos nos llevan a considerar que la verdadera valía reside en tomar conciencia social, en saber en qué lugar en concreto se encuentra uno, sin proyectarse a esferas que no le corresponden (ni más altas ni más bajas), y actuar en consecuencia. La lectura metafórica de Un mundo feliz se traduce como un tirón de orejas a las conductas sociales alienantes en las que la masa repite conductas como borregos y el individuo único e irrepetible no tiene cabida. Queridos "machos alfa" del mundo, ¿por qué aspiráis a ser el "gallo del corral" si, os guste o no, es la gallina la que pone los huevos? 



En la práctica:

Las personas avanzamos en sociedad al ritmo que nos marcan. Todos intentamos encontrar un lugar en el que encajar, en el que sentirnos cómodos, una "zona de confort" al refugio de nuestros semejantes que nos permita beneficiarnos de las ventajas comunes y que, por supuesto, nos exima de toda responsabilidad individual. Desde que el universo es algo más que una singularidad espacio-temporal, pertenecer a la mayoría nos ha hecho fuertes... o eso hemos querido creer.

La sociedad de consumo en la que vivimos inmersos no es muy diferente a la ficticia de la novela de Huxley. Los jóvenes cada vez leen menos, el cine cada vez es más comercial, la tecnología acerca a los que están más lejos mientras, paradójicamente, aleja a los que están más cerca. La televisión nos vende una realidad que conviene a unos y a otros, pero nunca a los consumidores. Si en Un mundo feliz el gobierno proporciona una ración diaria de droga farmacológica para manipular y controlar a las masas, nosotros sucumbimos a una felicidad inducida, temporal y falsa que nos aborda cada minuto desde los quioscos de prensa, los paneles publicitarios, los panfletos propagandísticos de los grandes almacenes, las modas que van y vienen, los vecinos del quinto, nuestro hijo adolescente que cree ser único por pertenecer a un grupo urbano donde todos se sienten únicos.

Nos encaminamos a una era conformista en la que a nadie importará el ser manejado al antojo de unos cuantos siempre que la mayoría corra la misma suerte. Y después, ¿qué? ¿Ningún punto negro sobre fondo blanco? Avanzar en círculos nunca ha llevado a ningún lugar. Ten siempre presente que no somos lo que nos asemeja al resto, sino lo que nos diferencia.


*Esta entrada, junto a los comentarios generados, puede leerse en la sección “Tu mejor tú” incluida en la web  www.despiertatumejortu.es.

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