jueves, 25 de abril de 2013

"Bienvenidos al norte", una película de Dany Boon (2008)


Ficha Técnica:



Título original: Bienvenue chez les Ch'tis

Género: Comedia


País: Francia


Duración: 106 minutos







Sinopsis:

Phillippe Abrams es un funcionario de Correos al que destinan, en contra de su voluntad, a Bergues, un pueblecito en la frontera con Bélgica, tras haber fingido una minusvalía para optar a un destino en la costa mediterránea. Lleno de prejuicios, viaja solo al norte de país donde encuentra, en realidad, un lugar idílico con gente encantadora. Con el fin de despertar la compasión de su mujer y poder arreglar la situación entre ambos, le cuenta que vive un auténtico infierno. Pero un día, contra todo pronóstico, ella decide ir a visitarlo para que su situación sea más llevadera. Entonces Philippe se ve obligado a pedirles a sus nuevos amigos que, con ayuda del resto de los vecinos, representen una farsa y se comporten de forma que parezca que la vida en ese pueblo es verdaderamente una pesadilla.



Plano subjetivo:

Por recomendación médica, solo por eso, me dejo mimar. Aprovecho el tiempo extra que mi marido se encarga del niño para abandonarme al placer confesable que más me gusta: el séptimo arte (el placer inconfesable me lo reservo para otra entrada). Abro la puerta corredera del mueble, paso el dedo por los cantos de los DVD y decido que hoy es día de comedia. Bienvenidos al norte de Dany Boon, actualmente la película francesa que más ha recaudado en el país galo, la segunda en general detrás de Titanic y la cinta francesa más taquillera de la historia en Bélgica. Digo yo que algo debe de tener.

No recuerdo quién me comentó que esta película no valía la pena verla. Imagino que todo tiene su momento, hasta el visionado de una película, y claramente aquel era el mío pero no el suyo. La he visto dos veces a lo largo del día, una sola en v.o. (que cambié a los cincos minutos por una en v.o. con subtítulos en francés porque, siendo sincera, no me enteraba de casi nada de lo que hablaban los “chetis”) y otra en español acompañada por mi marido que hasta lloró de risa en la escena en la que el protagonista se hace el impedido para optar a una plaza de discapacitado en el sur del país. En realidad la traducción al español tiene poco que ver con la versión original. Yo admiro a quien ha traducido la película a nuestra lengua y ha intentado convertir a los franceses del norte en los españoles del sur, pero se ha cargado la mayoría de los puntos cómicos de la cinta. De todos modos, “pichula”, esta historia es simpática de ver en cualquiera de las dos lenguas, créeme. No es exclusivo de Francia que los dialectos contaminen la lengua, sin ir más lejos a nosotros, entre lenguas cooficiales, dialectos y hablas varias, a diversidad lingüística no nos gana nadie, por eso es fácil sentirse identificado con el protagonista, un hombre de andar por casa lleno de ideas preconcebidas sobre los habitantes de una región que no es la suya. Si quieres pasar un rato divertido no dudes ver esta divertida comedia plagada de segundas oportunidades.



Aquí en confianza, a mí Kad Merad (actor franco-argelino que interpreta a Philippe Abrams) me pone. Sí, lo reconozco, me pone muchísimo desde que lo vi por primera vez en 2004 interpretando el papel de Monsieur Chabert, el malpensado profesor de gimnasia de Los chicos del coro. Luego vinieron el excéntrico Jacky en París, París (2008), el entrañable padre de El pequeño Nicolás un año después (por cierto, si tienes niños no deberías perder la ocasión de ver con ellos esta divertida comedia familiar al estilo de las de nuestra época), el revolucionario padre de Lebrac en La guerra de los botones (2011) y el patoso Robert Pique en Monsieur Papa (también de 2011). Este hombre tiene su aquel, sus modos de actor de vodevil, la caída tragicómica de sus párpados, la sonrisa ingenua de niño travieso… suspiro al viento y también sonrío, ni tan ingenua ni tan traviesa, mientras dejo caer mis párpados tragicómicamente y reconozco que, sin ser actriz de vodevil, soy una teatrera nata. ¡Qué le vamos a hacer!, nadie es perfecto… ¿o sí?

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